Que lindo es sentirse feliz, como volver a la vida
luego de haber desaparecido de repente,
que hermosa sensación de volver a dar amor,
después de callar por tanto tiempo.
Y, finalmente, que bello volver a escuchar la tormenta sin temer,
porque la verdad es, que con el sosiego del alma y cuerpo,
las opacas nubes se disipan solas,
y el magnifico resplandor penetra por el cuerpo,
convirtiéndose en mariposas que inician su suave movimiento,
produciéndonos un perfecto cosquilleo...
PD: Quizás, me basé demasiado en la canción de Manuel García para mi titulo, aun así, no siento que haya sido un error. //
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